Una onda es
una perturbación que se propaga desde el punto en que se produjo hacia el medio
que rodea ese punto. Las ondas
materiales (todas menos las electromagnéticas) requieren un medio elástico para
propagarse.
El medio
elástico se deforma y se recupera vibrando al paso de la onda. La
perturbación comunica una agitación a la primera partícula del medio en que
impacta -este es el foco de las ondas- y en esa partícula se inicia la onda.
La
perturbación se transmite en todas las direcciones por las que se extiende el
medio que rodea al foco con una velocidad constante en todas las direcciones,
siempre que el medio sea isótropo ( de iguales características físico- químicas
en todas las direcciones ).
Todas las
partículas del medio son alcanzadas con un cierto retraso respecto a la primera
y se ponen a vibrar: recuerda la ola de los espectadores en un estadio de
fútbol.
La forma de la
onda es la foto de la perturbación propagándose, la instantánea que congela las
posiciones de todas las partículas en ese instante.
Curiosamente, las
representaciones de las distancias de separación de la posición de equilibrio
de las partículas al vibrar frente al tiempo dan una función matemática seno
que, una vez representada en el papel, tiene forma de onda.
Podemos
predecir la posición que ocuparán dichas partículas más tarde, aplicando esta
función matemática.
El movimiento
de cada partícula respecto a la posición de equilibrio en que estaba antes de
llegarle la perturbación es un movimiento vibratorio armónico simple.
Una onda
transporta energía y cantidad de movimiento, pero no transporta materia: las
partículas vibran alrededor de la posición de equilibrio, pero no viajan con la
perturbación.
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